Virgen María Reina de la Paz
Nuestra Señora de la Paz, también llamada la Reina de la Paz, es otra de las advocaciones de la Virgen María y tiene su origen en Francia, donde fuera venerada en Paría, desde tiempo anterior a la Revolución.
Las personas coreaban ¡Reina de la Paz, ruega por nosotros! Esperando sus milagros.
Alrededor de la cruz, gritos de odio,
a los pies de la cruz, presencias de amor.
Está allí, firme, la madre de Jesús.
Con ella otras mujeres,
unidas en el amor alrededor del moribundo.
Cerca, el discípulo amado, no otros.
Sólo el amor ha sabido superar todos los obstáculos,
sólo el amor ha perseverado hasta al final,
sólo el amor engendra otro amor.
Y allí, a los pies de la cruz, nace una nueva comunidad,
allí, en el lugar de la muerte, surge un nuevo espacio de vida:
María acoge al discípulo como hijo,
el discípulo amado acoge a María como madre.
«La tomó consigo entre sus cosas más queridas» (Jn 19, 27)
tesoro inalienable del cual se hizo custodio.
Sólo el amor puede custodiar el amor,
sólo el amor es más fuerte que la muerte (Ct 8, 6).
Dijo Jesús “Mujer ahí tienes a tu hijo, luego dijo al discípulo, ahí tienes a tu madre”
En el Momento donde Jesús lo entregaba todo, su sangre, su vida por nosotros , nos hace un regalo hermoso y es darnos a su mamá la Virgen Santísima María.
Miremos este momento desde dos grandes realidades:
Recordemos siempre, María acoge al discípulo como hijo, es decir a ti, a mí, a toda la humanidad y el discípulo amado acoge a María como madre, y desde ahí, la llevo a su casa. Juan 19,27.
1.En la Institución Judía, una mujer que fuera viuda y su único hijo muriera, esa mujer era declarada maldita, Jesús sabia esto y no iba a dejar que eso le dijeran a su madre, quien siendo viuda de José y ahora su único hijo iba a morir ; así que entrega a María su santa Madre, a su discípulo más amado que estaba junto a ella en la cruz diciendo: “Mujer ahí tiene a tu hijo luego dijo al discípulo ahí tienes a tu madre”.
2.También aquí es importante ver como Juan el discípulo amado , el que está al pie de la cruz y junto a la Virgen María, él representa a toda la humanidad y es en ese momento maravilloso, donde Jesús nos da a su madre , el regalo más virginal, puro ,amoroso y hermoso regalo que el Padre Celestial escogió y ahora su hijo nos la entrega, ese precioso regalo en el momento más doloroso, pero a la vez victorioso de Dios sobre toda la humanidad , y como dice la palabra ,desde ahora llévatela a tu casa. Y la casa es nuestra vida, nuestra alma , nuestro corazón. Ese es el lugar donde quiere Jesús que llevemos a su madre, con amor, respeto, y sobre todo la gran ayuda que ella nos da al enseñarnos a amar a Jesús, a adorarlo y sobre todo a agradarlo.
“Os Amo con inmenso amor. Intentad sentir cuánto os amo” (Reina de la Paz)
También la Virgen Santísima María, nos ha dado a su Hijo Jesucristo, como redentor y a través de María, Dios sigue dando muchos dones a la Iglesia.
Debemos orar a la Virgen María, como lo pide en Medjugorje “como un manantial, donde en todo momento brota agua siempre fresca y siempre nueva. “La oración del Ave María, si se hace con amor y con pureza, no es algo que se repita; y así mismo traerá nuevas gracias.
María es nuestra madre y Señora: Significa entonces que debemos conocerla, honrarla, amarla, imitarla, obedecerle, consagrarle la vida y todo lo que somos, hacemos y tenemos. Viviremos en la Fundación Divina Eucaristía las enseñanzas de la Reina de la Paz.